Sangre en las venas
Dos amigos en un momento de regocijo, compartiendo momentos que celebran en un tiempo presente, dejando un recuerdo para nuevos momentos que surgen de pasos largos, que dan en la vida al albor de hazañas, tropiezos e ideales, momentos unidos en ese espacio y tiempo cada vez más lejano y aun de su apariencia solo en el fondo del alma el recuerdo marca una vida cargada de experiencias y amigos, parientes y extraños que como gotas de agua que llenan aquel espacio en las hojas del tiempo, los recuerdos llenan un alma sedienta de vida y experiencias que construyen el camino con nostalgia y alegría hacia lo que eres y serás siempre, mirando el espejo de tu vida, su luz y reflejo solo son el retrato de una existencia que se ve como aquel espacio entre las hojas pero esta vez en el silencio de aquel recuerdo que no se pierde ni se borra, por que el abrazo de un hermano, primo y amigo sellan en la fe de tus creencias y valores marcando el tiempo que viviste en el tibio invierno de un sol pálido que aparenta una tarde perdida que ansia los bellos veranos del pasado que son veranos en tu alma, cuando al contemplar tu reflejo trae a tu mente aquel momento, en el que compartiste con tu primo, hermano y amigo, el instante del que no se perdió ni un momento, porque hoy vive en ti, en tu mente, en tu alma. Ahora vuelves tus pasos a la vida y sonríes de alegría, hay algo que no se pierde ni se olvida, la amistad sincera de dos amigos, cada uno en su camino, llevando la sangre de sus antepasados que los unieron en un mismo recuerdo...
Para Oldran y Sebastían León.
Tus pasos en el viejo puente
Un puente en el camino, tocando el frio suelo, la humedad
del río, una pluma cae al abismo y la levanta el viento, la lleva lejos mas el
puente no se mueve, no se cansa, no pierde sus hilos, esperando paciente tu
paso y cuando estás cerca, vibra con el aire que pasa lento, se muestra seguro
para que tengas confianza... Ahora es testigo de tu paso, de tu movimiento,
contienes tu aliento sin sentirte insegura, detienes tu paso y tu ser sobre el
reposa, no se mueve ni vibra para que no resbales, te ofrece confianza y
disfrutas ese momento en el medio, en el centro... Respiras de nuevo volviendo
tu paso lento que te lleva al final del tiempo. Se acabó, ahora lo dejas, dejas
el viejo puente testigo de tu paso, de tu aliento y queda en tu recuerdo.
Recuerdas un paso en el tiempo, diferente, guardas el recuerdo en tu corazón,
lo vives siempre que sientes la brisa del tiempo cuando roza tu pelo el viento
de inverno, sonriendo con el corazón alegre que apacigua tu alma durante un
momento, cuanto tienes el cielo cerca
Dios toca tu espíritu y te da aliento, como el viento levanta la hoja caída
y la lleva lejos, Él acaricia tu alma y te da la fuerza para que viajes en el
tiempo hasta que lo sientes cerca, así abres tus ojos despertando de tu sueño,
estiras tu mano y te das cuenta que viajaste como la hoja o la pluma en el aire
del silencio y recuerdas el viejo puente en tu tiempo, al final solo es el
despertar en un pequeño espacio al alba de la juventud y el recuerdo.
Dannet León Bustos y sus amigos
en el viejo puente
Cuando te veo sonreír, me alegro, tu imagen anima mi ser al
saber que eres feliz siempre, no es el disfraz lo que te ilumina, es tu
sencilla sonrisa tierna, sonrisa que llena tu sentimientos, y los comparto en
este momento, mi hija, siempre linda, la felicidad que le das a tu padre es por
saber que estas bien y contenta, disfrutando de lo que haces como una perla de
luz que no se pierde en la arena, que sea así siempre, llena tu vida con esos
momentos, vence aquello que te lastime para que no lo intente nuevamente,
porque tu sonrisa la llevo en mi corazón siempre, es un reír a veces y sonreír
nuevamente, tu alma refleja que estás conquistando el lugar que Dios y tu padre
prepararon con amor y sabiduría, el amor que le da un padre a una hija y que le
dice: te quiero y te amo por siempre.
Cuando veo a mi hija crecer, y despega en sus primeros
vuelos del nido, alcanza nuevos horizontes, nuevos espacios y comparte el cielo
con otros, entonces veo que así el mundo me dice y me repite, el ave va y viene
porque la dejaste despegar, ha abierto sus alas al tiempo nuevo, en el que
vuela sola por momentos y nuevas aves acompañan su destino, mi corazón se
alegra que haya crecido y sea fuerte para vencer el viento con sus alas que
ahora son su abrigo, Dios me dio la alegría de ver este momento; son pocas las
lágrimas que ruedan de felicidad cierta de haber alcanzado un propósito como
Dios manda. Oh, ave que vuelas y dejas un rastro en el viento como estelas de
agua viva, vuela, levántate como Juan Salvador Gaviota, vence el espacio y el
tiempo, véncelo todo ahora y siempre porque mi bendición te acompaña, levanta
tus manos al cielo y recibe el amor de tu verdadero Padre, que aunque duela
reconocerlo, el te ama más que yo, y es perfecto... así que sigue su ejemplo,
camina bajo su luz que iluminará tu vida y llenará tu corazón por siempre.
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